09 diciembre 2011

Leonardo Castillo



Nace en Villa Ramallo, en Julio de 1931. Como lo dice en su poema es un “Hombre desde acá”, lo cual hizo impermeables los conceptos de la gente que le sugería que para triunfar debía instalarse en ciudades más pobladas. Cuando se le pregunta por sus inicios literarios él se remonta a la escuela primaria, a un libro de cuarto grado, y puntualmente a un cuento que les hizo leer la maestra. La historia se llamaba “Skiold, el rey que vino del mar” y relataba la llegada de un barco a un pueblo sin que de ese galeón bajara nadie. Dice el relato que la gente subió a la embarcación encontrando sólo a un niño muy pequeño que el pueblo adoptó como hijo. Y con las años ese niños se convirtió en rey del pueblo defendiéndolo de los invasores y llevándole prosperidad a sus ciudadanos. Pidió el Rey que al morir lo pusieran otra vez en el barco. Y así fue. Y el barco partió. La historia terminaba allí pero Leonardo supo darle otro final y explicárselo a sus compañeros. Él imaginó que ese barco se fue a otro pueblo, a hacer las cosas necesarias donde hacen falta. Fue un lector de amanecidas. Solía desaparecer semanas enteras, fingiendo viajes que no existían. En esas encerronas acumulaba conocimientos y se debatía con los autores clásicos y otros más contemporáneos.

Escribió su primer libro, La Magia más Vieja en los nueve días que duró su detención en la comisaría de Ramallo durante la dictadura de Onganía, en 1969. Castillo fue uno de los tantos ciudadanos argentinos que el régimen dictatorial quiso poner a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. La Magia más Vieja, obviamente es la Libertad. Dos cosas hizo el poeta estando preso: Escribir y una huelga de hambre. Paradójicamente mientras el Negro Castillo estaba preso escuchaba cómo gritaban los niños de la escuela N1, pegada a la Comisaría y se preguntaba ¿Qué más necesito para ser feliz?

En 1971 participó del Festival Nacional de la Canción, que por primera vez, se realizaba en el marco del Festival de Cosquín. Allí ganó el Primer Premio con el tema “El Potro Mario” que fuera musicalizado por Angel “Cacho” Ritro, quien fuera integrante del legendario grupo Los Andariegos. Aquí hay que mencionar que con esa canción le ganó a compositores de la talle de Manuel J. Castilla y Ariel Petrocheli entre otros grandes. La canción fue interpretada por Cesar Isella, siendo luego grabada por una gran cantidad de músicos entre los que puede mencionarse a Mercedes Sosa, Hernán Figueroa Reyes y Víctor Heredia.


Mercedes Sosa  - Si un hijo quieren de mí - de Leonardo Castillo




En 1972 viajó a México representando a la Argentina en el Festival Internacional organizado por la Confederación internacional de Sociedades de Autores y Compositores. La canción que nos representó fue “Si un hijo quieren de mí”, letra de Leonardo y música de Ángel Ritro. Allí obtuvo el Tercer Premio, resultando luego un clásico grabado por Mercedes Sosa, Los Andariegos, Mariam Farías Gómez, Marikena Monti, Ginamaría Hidalgo, César Isella y otros artistas.

En oportunidad de filmarse la película “Los Gauchos Judíos”, dirigida por el cineasta Juan José Musid, le es encargado a Castillo la composición de las cinco canciones del film para lo cual debió elaborar las letras en base al guión y a la música que había compuesto para tal fin Gustavo Beytelman. Ginamaría Hidalgo pidió que Castillo fuera el compositor de las canciones porque según ella “No hay quien le cante mejor a la ternura…”. Cuatro canciones fueron grabadas por Ginamaría y la quinta fue interpretada nada menos que por Alfredo Zitarroza.
El gran músico chileno Rolando Alarcón se hizo eco de la obra de Leonardo Castillo y editó un disco completo musicalizando La Magia más Vieja.
Antes del golpe militar en Argentina, cuando la Triple A comenzaba la masacre, Leonardo debió partir al exilio, encontrando en España un notable tiempo de composición. A pesar del dolor de las ausencias, pudo reunirse con destacadísimos músicos y escritores haciendo de la palabra un testimonio militante en cuanta oportunidad se presentara. Llegó a compartir escenario entre otros, con Joan Manuel Serrat y Alfredo Zitarroza. En España editó su segunda obra escrita: Un Pueblo sin Medallas , que fuera también traducida al italiano. Mientras tanto el músico argentino Ica Novo editaba un disco que llevó por título el nombre de una de las canciones de Leonardo: “Cuando el hombre va en Camino”.
En España se editó también un disco que Castillo compartió con músicos argentinos y españoles y cuyos derechos fueron donados íntegramente al pueblo de Nicaragua.
En 1984 regresó a nuestro país, con el retorno de la democracia, y desde su vieja casa de Villa Ramallo continuó abriendo espacios y ofreciéndoselos a los demás. Es habitual ver en su casa amparada de ciruelos y de brevas, a los jóvenes que lo visitan para compartir sus tardes. Dirigió en su pueblo un taller literario gratuito que derivó en un libro antológico de todos los integrantes del taller. Se llamó “A las dos de la Tarde”.
En 1995 el pueblo de Ramallo le brindó un merecido homenaje realizándose talleres de plástica, música y literatura en base a su obra y culminado con un recital al que asistieron músicos, escritores y amigos entre los que pueden mencionarse a Los Quilla Huasi, Ica Novo, Anibal Sampayo, Fabián Sosa y Ángel Ritro.
Poco antes de dejarnos y por iniciativa del Diputado Provincial Ricardo Gorostiza, fue nombrado por la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires “Poeta Ilustre de la Provinca”. Trabajaba en su libro inédito que se titulará “Canon de un Extranjero”, cuando nos dejó huérfanos de toda orfandad. Pero vive con nosotros. La cultura oficial, tampoco en este caso ha dicho nada.

Elvio Zanazzi

No hay comentarios: